DADDY ISSUES
Diarios de Cuarentena: NÚMERO V
Clases a distancia. El nuevo enemigo de los hogares mexicanos. Supongo que del mundo, pero meh. Años de mi vida haciendo chistes de “pues qué ¿estudiaste tu carrera en una telesecundaria?” para que ahora mi propia casa sea una.
Creo que lo primero que nos tendría que quedar claro es que esto no es homeschooling, esto no son clases virtuales, esto no es educación en línea. Si fuera cualquiera de esas cosas estaría mejor preparado. Estamos improvisando. Todos.
No es crítica a los maestros (aunque un poco bájenle de huevos con el material que piden para las actividades, eso sí no mamen), no es crítica a los directores y no es crítica a los papás. En todo caso es crítica a los niños CHINGADA MADRE PONTE LAS PILAS PON ATENCIÓN SIÉNTATE PON TU MICRÓFONO EN ROJO DEJA HABLAR. Perdón, me exalté un poco.
He notado que mis amigos solteros o sin hijos genuinamente creen que es facilísimo porque se trata de prenderles la computadora y dejarlos ahí mientras te vas a hacer otra cosa.
En primer lugar: no es así.
En segundo lugar: chinguen a su madre.
Perdón, me exalté de nuevo.

Las clases de cuarentena significan (por lo menos para los que tenemos hijos pequeños) sentarte al lado del niño para verificar que esté siguiendo las instrucciones, pasarle lo que necesita, y verificar que no se lleva el iPad para enseñarles a los compañeritos la popó gigante que el perro acaba de hacer en el pasillo porque estabas poniéndole atención al niño y no al perro PERO POR QUÉ NO HICISTE EN LA MAÑANA QUE SALIMOS QUÉ TE PAS…
Voy a ser honesto. No es este el periodo más zen de mi vida. Y eso que honestamente mi esposa es la que está acompañando casi todas las clases. Y eso que ella también está dando clases a distancia, y hasta donde entiendo algunos sus alumnos de maestría también funcionarían mejor con sus papás ahí al lado.
Y sí, definitivamente es mejor que tengan esta opción a que no haya ninguna actividad en todo el día y uno tenga que improvisar cosas. Creo. Pero eso no significa que sea sencillo o que esté funcionando como debería.
Por eso mi propuesta el día de hoy es: entendamos que todo está siendo trabajado sobre la marcha y bajémosle poquito a la presión. Tranquilos todos y ya. Si necesitamos faltar un día a clases nomás no nos conectamos. Si no conseguimos el material, se hace algo distinto. Si el niño anda insoportable se sale con el perro al jardín hasta que hagan popó afuera los dos.
No debería preocuparnos TANTO que nuestro retoño regrese más turulato a la escuela cuando esto acabe. Todos los retoños de todos los demás papás van a regresar igual. Turulatos juntos, unidos, en solidaridad.