Skip links

Daddy Issues ep. 4

Diarios de cuarentena 3

Probablemente lo que más extrañamos en esta casa es la escuela: mi hijo quisiera ver a sus amigos, hacer deportes, tomar clases. Nosotros seríamos muy felices si de nuevo pudiera pasar algunas horas fuera de casa. No mucho: sólo las suficientes para que su voz volviera a ser agradable en lugar de resultar aturdidora. 

Cualquier papá o mamá en cuarentena sabe EXACTAMENTE lo que se siente cuando la bendición empieza a contarte algo y cinco minutos después no se ha detenido ni para respirar y eventualmente ya no distingues su anécdota de los ladridos del perro porque ya nada suena a palabras y todo suena a que necesitas estar en un bar con tus amigos.

 

 

Fig. 1: Aquí en pijama intentando tomar café mientras de fondo se escucha “Y que luego McQueen pensaba que tu cabeza era una montaña, y luego llegaba el otro McQueen de agua, y luego…”  

 

Me preocupa (entre todo lo que me preocupa ahorita) que no tengo idea qué va a pasar con el ciclo escolar cuando todo esto acabe. Ni siquiera sabemos cuándo va a acabar “esto”, pero espero que nadie tenga sus esperanzas sembradas con que el 30 de abril regrese todo a la normalidad. Porque de acuerdo a los científicos que he leído: LOLNO.

¿Se van a eliminar las vacaciones de verano? Si eso es lo que se necesita para que no se pierdan los últimos meses de escuela, adelante. ¿Se recorre todo el calendario y a partir de ahora hay uno nuevo diferente al de todas las décadas anteriores? Jalo. ¿Hay que pagar meses extra de escuela? Ps ya qué. 

O sea, no nada más quiero que por unas horas mi hijo sea problema de alguien más, también me interesa genuinamente que se eduque y no termine siendo comentarista de e-sports o algo así bien mediocre.

Por lo pronto en el kínder donde lo tenemos ya se organizaron para dar clases virtuales de lunes a viernes. Lo agradezco un chingo. Porque puede ver a sus maestras, platicar con sus amigos y hacer uno que otro ejercicio. Eso sí: no está chido que agarre el iPad para enseñarles la casa, porque se hace evidente que ni con todo este tiempo disponible tengo la más mínima voluntad de limpiar. Tip huevón: si se queda sentado con la cámara apuntando al techo, no se nota el tiradero.

Algunos papás en un chat de papás (de otro grupo, pero es una pandemia y estamos aburridos y los chismes corren), se están organizando para exigir no pagar un mes de colegiatura. El titular de PROFECO acaba de anunciar que las escuelas deberían hacer por lo menos descuentos porque no están gastando luz ni agua. Yo digo que no me sobra el dinero pero tampoco estoy de acuerdo.

¿Qué tanto se ahorra de servicios una escuela? No creo que sea significativo si ese ahorro se divide entre todos los inscritos. No creo que se puedan dar el lujo de no percibir un mes de ingresos. Siguen teniendo gastos. Siguen teniendo que mantener una nómina de maestras y maestros, administración, personal de limpieza. No sean así.

Creo que en realidad escribí la columna de hoy solo para decir: si estás en posibilidades de seguir pagando la escuela, sigue pagando la escuela. No dejes sin salario a toda esa gente, no les hagan eso justo ahorita que buscar trabajo va a ser casi imposible. Y si lo quieres ver desde un punto egoísta de cómo te afecta eso a tí: la economía se jode cuando el dinero deja de circular, es una cadenita que te va a acabar partiendo la madre también. Si sigues ganando no dejes de gastar en otras personas. 

Y gracias, maestras. Prometo que el próximo día del maestro voy a buscar algo más significativo que una taza con chocolates, y voy a procurar darles no sólo a las titulares. Y como me entere que en la escuela de mi hijo han corrido a alguien ahí sí les armo un pedo.