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El Sordo

Han sido días raros. Pero no tanto.

Para los que no seguimos las recomendaciones del presidente López Obrador de salir a comer a fonditas y abrazarnos y encomendarnos al Sagrado Corazón de Jesús para evitar la pandemia, este es el día 13 o 14 del encierro autoimpuesto. 

AMLO invita a México a seguir saliendo a comer. 23 de Marzo del 2020

Muchos como yo y mi equipo no hemos salido a la calle más que a lo estrictamente necesario, cosa que dijo el Doctor López- Gatell apenas ayer en la conferencia vespertina (que es como La Mañanera, pero con gente preparada).

Y es que se siente un retraso fantasma entre el mundo real y el mundo de la 4T, como si la administración tuviera un delay permanente que lo hace actuar dos o tres semanas después de todos.

AMLO saludando a la mamá del Chapo.

Mientras nuestros amigos en España o Italia nos marcaban para decirnos que se avecinaba una catástrofe, el presidente estaba de gira en Nayarit. Mientras que los precios del petróleo tocan fondos históricos el plan de rescate del presidente es meterle más dinero al pozo sin fondo de Dos Bocas.

Es como si no escuchara. O no quisiera escuchar. El sordo haciendo como que sí oye es el más peligroso de todos.

Los que no escuchamos las recomendaciones del presidente ya le advertimos a nuestros papás, tíos y abuelos que se guarden, que tengan cuidado, que nosotros vamos por el súper.

Los que no escuchamos las recomendaciones del presidente estamos tomando sana distancia dos semanas antes de que la Secretaría de Salud inventara su botarga tonta esa. Los que no escuchamos las recomendaciones del presidente ya tomamos esto muy en serio semanas antes que él.

Porque parece que esa es la solución: no escuchar al sordo.

Porque mientras saluda mamás de narcos, invierte en refinerías, cobra impuestos, muerde niñas, gasta dinero en ninis, pelea con el Reforma, desoye a López-Gatell e ignora los reclamos del pueblo, el pueblo se organiza y se cuida entre sí.

Porque cuando el líder está sordo, no se oyen lamentos, ni reclamos, ni enfermos, ni sufrimiento. Y todo el mundo es feliz, feliz, feliz.