LA TUSA NO TIENE LA CULPA
Charalitos… No cabe duda que este es un gran tiempo para estar vivo. Son tiempos de cambio. Hasta casi se puede escuchar en el ambiente el chiflidito pendejo de los Scorpions.
Latinoamérica, las morras, la comunidad gay, ¡TODOS! La sociedad en general está luchando por sus derechos, y en esta lucha encarnizada, también tenemos aliados. Es el caso del senador de Morena y señor con cara de “Me imagino desnudos a los maniquís en Suburbia”, Salomón Jara, quien después de hacer un sesudo análisis llegó a la conclusión que el peor enemigo de las mujeres, el causante de la violencia de género, el adversario a vencer… es el reggaeton.
Así es, el senador Salomón Jara, a quien recordarán ustedes por éxitos como “Las Calificadoras nos roban el alma” y “Ya no molesten a mi presidente”, anunció un proyecto en contra de las letras de este género musical, pero también contra expresiones similares que aparecen en otras manifestaciones musicales, visuales y audivisuales.
A huevo. El verdadero masiosare un extraño enemigo es el reguetón. No es el machismo sistemático, ni la violencia generalizada, ni los feminicidios impunes.
Además… reguetón rima con Calderón. Y yo creo que él lo inventó porque antes de Calderón no había reguetón. ¿O qué? ¿O cómo?
La investigación que el senador realizó analiza 70 canciones, y solo 11 estaban libres de “violencia”. El resto tenían 568 menciones pecadoras. Destacando la canción “4 Babys”, de Maluma, con 44 rudezas innecesarias.
La propuesta de este visionario, de este investigador, de este Tchaikovsky del análisis, propone multas que van desde 40 mil hasta 4 millones de pesos a televisoras, radiodifusoras y distribuidoras de cine y videojuegos que promueva lo que él llama[G_009] “estereotipos de género y violencia contra la mujer”.
[BOQUITA SALOMON JARA]
Y me quedé corto, eh. Entre más abajo el perreo, más cara la multa. Entre más beibis estés enamorao, más cara la multa. Entre más la miro y rebota y rebota, más cara la multa.
Pues ahí lo tienen. Aquí no vamos a defender al reguetón de cuyas garras hemos sido víctimas más veces de las que nos gustaría admitir. Pero culpar a un género musical de problemas como la violencia de género sí se nos hace un poquito muy pendejo. Y que los no-conservadores nos resultaron muy conservadores. Mamarre.