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LOS DELINCUENTES SON AMIGOS, NO COMIDA

Amigos, Hablar pura pendejada. Hay quienes hacemos de eso una forma de vida y vamos de aquí hacia acullá sin ninguna otra pretensión más que entretener y llevarle una sonrisa a la damita, al caballero, que al joven, que a la más vieja de su casa para que tú hagas reír a tu novia y a ti esposa, en fin a todos. Y, miren, vivir de hablar pendejadas no es el problema, el problema viene cuando, enfermos de poder, creemos que podemos no solo vivir de decir pendejadas en youtube, sino gobernar un país.

Ya saben de quién Cacas estoy hablando y porque una no es ninguna y hasta de llorar hay cumbias, córrela, Attolini woke EL VIEJITO PRESIDENTE.

Así mesmo, mis pequeñesuras, la semana pasada mi atahualpa yupanqui, mi Bernie Sanders de tlahuac, mi caca-fágico de macuspana  AMLIbebé, no sorprendió a nadie cuando, desde Jalisco, lugar donde se dan harto los magueyes y los señores… entre ellos, específicamente en Tepatitlán y más específicamente en un nuevo Cuartel de la Guardia Nacional, dijo… lo siguiente.

 

 

“los delincuentes son también seres humanos que merecen nuestro respeto”.

Y aquí es donde si *no mi ciela, no mi reina, así no baila mija con el señor. Porque de la misma manera que los castigos no son iguales para el que se estaciona en un lugar prohibido como para el que maneja en estado de ebriedad; o para el que roba un pan, como para el que viola y mata a una niña de 7 años, no puede usted, señor Presidente, generalizar diciendo que los delincuentes son seres humanos y merecen nuestro respeto. 

Sí, ciertamente pueden parecer seres humanos. Pero a ver, haga una encuesta, pero una encuesta seria, no sus mamadas de encuestas piteras, una encuesta entre los familiares de las víctimas del crimen organizado, entre los padres de los niños secuestrados, entre las madres, hijos, y esposos de las mujeres violadas y asesinadas, y pregúnteles qué tanto respeto le inspiran los criminales que terminaron con la tranquilidad y la felicidad de sus familias, verá que ellos tienen “Otros Datos” sobre el respeto a los delincuentes.

Y como en la noche de bodas de Manuel Mireles con su esposa de 21 años, el asunto nomás no paró, porque si algo está de la chingada y no sabes cuándo quedarte callado, siempre lo puedes empeorar.

Y a ver, no abogamos por el ojo por ojo, no, pero por eso nuestras fuerzas armadas se quedan impotentes recibiendo las pedradas y los golpes del “pueblo bueno” cuando van a detener a un delincuente, porque la instrucción directas del Jefe de las Fuerzas Armadas es respétenlos, TRÁTENLOS BONITO, POBRECITOS.

Amigos, no nos hagamos pendejos. Seguimos predicando, seguimos en campaña, seguimos, desde la comodidad de Palacio Nacional, diciéndoles a los militares que reciben los chingazos en las calles que ellos sí, pongan la otra mejilla, por favor, que no se pasen con los pobrecitos maleantes cuando los atrapen, que si se pone muy difícil la cosa, pues igual hasta los dejen ir porque antes que delincuentes, antes que asesinos, antes que narcotraficantes, antes que secuestradores y violadores y matones y pederastas todos ellos, son seres humanos y merecen nuestro respeto.

¿Sabe qué, señor presidente? Ahí sí, no mame. Ahí sí, no chingue. Ahí sí, no nos pida perdonar al que no perdonó a nuestras hijas, a nuestras niñas, a nuestros hermanos, a nuestros papás a nuestro México, Esos no son seres humanos, son unos hijos de su puta madre.