MUCHO GASTO POCAS NUECES
Amigos, mentir. Eso que AMLO dijo que no haría. Wey, hasta en su lema lo puso: No mentir, no robar, no traicionar al pueblo. Bueno, pues fue puro pedo.
Todos los días sale a informar al pueblo para evitar a la prensa fifí vendida que engaña y calumnia pero según el Washington Post, hasta el 24 de enero de 202, mi viejito Pinocho presidente había hecho mas de 18 mil afirmaciones “no verdaderas”. Que es una manera bonita y fifí de decir que miente como el Judas Sapo Iscariote.
Porque no decir la verdad le ha funcionado, no decir las cosas como son o decir verdades a medias le ha ganado votos, simpatías y más recientemente, la confianza de que no nos vamos a enfermar todos a la verga nomás porque él dice.
El pedo es cuando te cacha tu vieja, cuando llegas de “hacer inventario” con los calzones al revés y apestando a Rosa Venus, cuando con dos clicks te puedes dar cuenta de que lo que dice el presidente es una triste y vil mentira.
Y lo peor es en casos como el que estamos viviendo ahorita en que el dinero escasea más que los escritores con el colesterol bajo en Máquina 501 nos enteramos que el Gobierno Austero, el Gobierno consciente que no gasta en pendejadas, como instagramera que se va “sola” de vacaciones a Europa, es otro engaño más.
Miren, nada más el año pasado, la austeridad franciscana de la cuatroté gastó casi 6 mil quinientos millones de pesos en servicios de renta de automóviles para trasladar al primer gansatario, a mi cotonetito Jhonson, a mi pañalito de algodón presidencial.
Pues si mis nenes, no es defenderlo, al contrario, pero pueden recordar todas las veces en que la cuatroté nos ha dicho que no son iguales, que no los comparemos, que antes gastaban a lo pendejo y que ellos son austeros y que primero los pobres y sus mamadas. Pues como tu panza cuando tragas Kentucky es puro pedo.
El año pasado, El Gobierno Federal incrementó ¡233! por ciento el gasto en renta de automóviles en comparación con el último año de la administración Peñanietista, esa que no existió, esa que no se menciona, esa de la que nunca nos acordamos en las mañaneras, ahora resulta que fue más austera que la actual.
Y no nada más gastamos un chingo, según un reportaje de Animal Político, la secretaría que más gastó fue la Secretaría del Bienestar y los dos contratos más “gordos” de esta dependencia fueron por Adjudicación Directa, o como se le conoce en el viejo y el nuevo PRI, por sus ovalados y tricolores, ahora guindas: huevos.
Y ahí no queda el asunto, porque, como viejito terco y en ese afán de borrar todo rastro del pasado de la mente de los mexicanos, AMLO le cambió el nombre a todas las dependencias clave de su administración. Hagan de cuenta como Carlos Salinas, que llegó y borró todo rastro de sus antecesores pero en viejito, y no tan fluido al hablar y más mentiroso. Y el problema es que eso cuesta y cuesta un chingo.
Porque hay que cambiar logotipos, papelería, anuncios, colores y cuanta cosa te recuerde a tu ex, como novia despechada, como ex esposa rompiendo las fotos donde sales, el pedo es que todos pagamos esas pinches fotos.
De momento El Gobierno de la GansoTé lleva gastados casi 50 millones de pesos en este asunto de renombar instituciones, con todo lo que eso conlleva, 50 millones nada más por la pinche terquedad de ponerle Secretaría del Bienestar a SEDESOL, SADER a SAGARPA y Banco del Bienestar a BANSEFI. 50 millones gastados en uno de tantos caprichos pendejos del viejito. Llenos de contratos a compadres y adjudicaciones directas como antes, como siempre, como cuando gobernaban los que eran “diferentes”.
Y es que está fácil irse de hocico presumiendo de humilde. Casi jurando que eres pobre. Que no tienes posesiones, que solo traes un billete de 200 pesos en la cartera. Porque eres de los viejitos de antes, de cuando la información fluía diferente y más lenta. Ahora ya no puedes engañar tan fácil a la gente o al menos no a la gente, que no se quiere dejar engañar. Porque en tiempos donde todo se puede consultar a un click de distancia, ya no te puedes hacer pendejo al país o si sí, tenemos ahora un Pulso de la República que no le importa hacer su tarea.